Ecliptica (1999)

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Ecliptica fue lanzado en Agosto del 1999, ha sido uno de los discos que se encargaron de darles la fama dentro del mundo del Power Metal y que también reveló sus influencias mas cercanas (sobre todo por Stratovarius) aunque, en mi parecer, este disco superó en expectativas a muchos trabajos que aparecieron en la misma época.
Personalmente, le tengo un valor importante a este disco pues fue el primero de la banda que escuche hace ya bastantes años (por ahí durante el 2002) y nunca deja de sorprenderme en cada ocasión que puedo escucharlo de corrido.

El disco comienza con Blank File, uno de los temas de introducción más enérgica que me ha tocado escuchar en algun disco alguna vez e, incluso, comparable con bandas de otros estilos de Metal como Slayer, Metallica o Cannibal Corpse.
Cada parte de la canción está bastante bien ejecutada: buenos riffs y velocidad en la guitarra; una batería audaz que no desacelera en ningún momento; un teclado que además de armonizar ayuda a asentar bien la melodía, un bajo potentísimo que lleva la batuta y una voz que calza perfectamente con todo lo anterior, incluso que nos sorprende de golpe con el registro vocal que Tony Kakko maneja. Aun así, son los solos de guitarra y teclado los que se roban la película esta vez.
Creo que está canción nos deja en claro que será lo que la banda vendría a hacer en años venideros y de sus capacidades como compositores y músicos.

My Land
es un merecido descanso luego de tanta velocidad. Más bien melódica, comienza con un motivo en el teclado que se repite en varias ocasiones durante la canción y no solamente en la voz, un punto a favor sobre todo a la hora de fijarnos en el nombre de la banda. Cabe destacar los coros que acompañan varias veces a la voz principal, los que le dan una notoria potencia y presencia, además de apoyar bastante la letra. Es importante también rescatar que la estructura es muy clara y que es una canción rapidísima de digerir. Además, como cualquier “sonata” de la época clásica, tiene un reposo perfecto antes del climax que aparece paulatinamente luego de un puente hecho claramente en bases a la monodia acompañada de la época del renacimiento.
Una canción digna de esta banda.

¿A quién no le dan ganas de cabecear cuando escuchas una guitarra eléctrica bien potente? Bueno, con la introducción de 8th Commandment es imposible no sentir ganas de cabecear; Jani Liimatainen nos muestra toda su destreza y rapidez en la guitarra, acompañada de un teclado que otorga coros muy bien elaborados y un timbre “barroco”, además de una batería bastante precisa y que cumple cabalmente su función.
En esta canción, el bajo se puede apreciar plenamente y, aunque a ratos parezca que no tiene un gran desempeño, se nota que su uso es primordial a la hora de componer canciones de este tipo pues ayuda a mantener siempre la tonalidad clara, lo que hace que las voces puedan expresarse con bastantes adornos e, incluso, hacernos memorizar un coro inconfundible y que pareciese que está cargado de emoción. Es, sin lugar a dudas, uno de los puntos más fuertes de este disco y un clásico que hasta hoy sigue siendo una de las favoritas del público.

Replica
creo que es una de esas baladas que, a pesar de tener algunas partes rápidas, no pierden su intención de ningún modo. Una canción sencilla que va lentamente desde una intro sutil hacia una progresión interesante en cada parte que le sucede. Solos de guitarra claros entre estrofas, un piano que ayuda a darle solemnidad al tema (que nuevamente se reitera en varias ocasiones) y unos coros bien armados, dándole la mayor relevancia de la canción a la voz más que a otro instrumento.

La primera vez que escuché Kingdom For a Heart se me vino de inmediato a la mente Stratovarius por su parecido estético. El teclado es lo más importante de esta canción, pues la guitarra se vuelve sólo un cómplice y logran un color agradable de primera, aunque es destacable también que, teniendo letra de balada, la canción se mantenga siempre con el mismo tempo e intente pasar desapercibido este elemento.
Los solos de guitarra y teclado son una parte interesante (y compleja, por cierto) que rompen varias veces algunos parámetros de la tonalidad usando cromatismos que le dan un gusto especial y que adornan muy bien la melodía principal. Recomendable para cualquiera que quiera empezar a escuchar Sonata Arctica.

La canción anterior termina en un acorde perfecto para dar entrada a la canción que, hasta el día de hoy, sigue siendo una de las canciones que nunca han dejado de tocar por ser la favorita de todo aquel que va a algun recital: Fullmoon.
Una simple introducción en piano que se nos graba automáticamente y que nos lleva a imaginarnos al hombre lobo (de quien trata la canción) en un ambiente cargado de misterio e historias. El desarrollo de esta canción es bastante simple y es clave decir que cada acorde ha sido puesto perfectamente para que nunca se nos olvide esta canción. Mencion honrosa para Tommy Portimo en la batería y para el increíble dialogo en los solos, sobre todo a la capacidad de Tony Kakko en los teclados. Hay que señalar que en sus primeros conciertos y hasta antes de la llegada de Mikko Harkin, era Tony quien ejecutaba los teclados, lo que nos lleva a darle un gran punto a favor sobre todo en las ejecuciones en vivo.

Una sentimental balada acerca de un hombre y su amor de niñez. Eso es Letter To Dana, una de las canciones mas fuertes en cuanto a letra de este disco. Su versión original fue lanzada apenas la banda había empezado a tocar (Demo “Friends Till’ The End” de 1996) y la primera compuesta alguna vez por T. Kakko, pero acá sabrían adecuarla al estilo que estaban empezando a crear. Una suave flauta nos trata de enseñar una melodía que se repite a lo largo de la canción (incluyendo la melodía misma del coro), acompañada de una suave guitarra que va muy a tono, apareciendo sin más demora una suave voz y el teclado, para entrar la batería y darnos cuenta de las influencias de estas personas dentro del mundo musical; es como escuchar una versión de Queen mezclada con algo del NWOBH: Sólida, pareja y emocionante, llena de coros y una instrumentación precisa. Destacable es también la voz de Tony que no desentona en ningún momento y le da bastante fuerza a la canción.

Unopened es de esas canciones que son las obras maestras que cada disco de Sonata Arctica trae en sí. En discos posteriores, Power Of One sería el caso, asi como The Ruins Of My Life y Wildfire lo son. Es simplemente Sonata Arctica en su estilo mas duro y clásico: una perfecta ejecución de cada compás, una intro potente con un clavecín, una letra llena de emoción referente a los amores del pasado y solos por doquier!
En lo personal, es una de mis canciones favoritas además de ser una canción de compleja ejecución en cada instrumento. ¡De las mejores!

Acá me detengo un poco, pues debo darle crédito a Jani Liimatainen por colaborar considerablemente en la composición de Picturing The Past. Si Tony Kakko es quién hace las maquetas de las canciones, Jani es quien arregla todo lo que queda por revisar, logrando una tarea tan interesante como auto dedicarse una canción como está. Sin duda, la guitarra es el instrumento más importante acá y es lo que aporta toda la intensidad de la canción. Aún así, rescato los increíbles agudos de Tony en cada coro, el cerebro metronómico del baterista y la solidez que esta canción tiene que, a pesar de no ser de las más favoritas de este disco, es una canción que cumple, no se detiene y promete como cualquier otra sin desmerecerse. Cargadísima de velocidad, es la más recomendable para los amantes de la velocidad y de lo complejo, razón por la cual la misma canción no ha sido ejecutada muchas veces en vivo

Llegando al final de este disco (en su versión normal) encontramos una de esas canciones que caracterizan al 100% el estilo de la banda. Destruction Preventer es un buen resumen para el álbum, agregando que la temática de los problemas ambientales y el respeto a la naturaleza es un tema recurrente en varias canciones posteriores de Sonata Arctica.
Una canción más bien larga, con bastantes cambios y con diferentes momentos interesantes bien enlazados entre si (aquí se nota la cita estructural y estética de Queen, una de las bandas favoritas de Tony Kakko). Todos los instrumentos acá tienen su momento y el increíble agudo en las voces hacia el final de la canción nos hace pensar que han venido para quedarse y de lo que ellos son capaces de hacer.
Mencion honrosa para el resto de los instrumentos que hacen que sea una canción potente y desgarradora en cada parte de su estructura.
Una joya digna de escuchar.

Bonus track:
Mary-Lou técnicamente aparece en el disco y ya era una canción conocida por haber sido estrenada en el single Unopened (el primero de la banda), decidieron agregarla en las versiones de Japón, Sudamérica y otras ediciones.
Acá también la guitarra tiene un rol importantísimo pues tiene riffs complejos que cambian cada segundo, asi como la batería es demoledora, el bajo algo estático (pero primordial) y el teclado se luce con un solo al estilo Jens Johansson.
La letra y la melodía de la voz se graban casi instantáneamente, relatando la situación de una joven que queda embarazada de su novio quien tiene a otra mujer.
Un bonus-track puesto de la mejor manera dentro de este disco.

Un dato freak: hago mención a San Sebastian acá mismo que iba a ser introducida en este disco, pero al final la banda por orden de la disquera debió reemplazarla por Mary-Lou. No sé si la decisión habrá sido la correcta, pero en mi opinión (y tomando en cuenta el mundo de la industria musical y el marketing) fue una buena decisión aplazar el lanzamiento de San Sebastián y agregar Mary-Lou por ser temática y sonoricamente más cercana a “Ecliptica” que “Silence”.

Un disco recomendable para cualquiera que quiera escuchar Power Metal en su máxima expresión, quizás no el mas adecuado para empezar con esta banda pero si uno recomendable cuando ya se le conoce mas o menos su estilo.
Escrito por Camilo Berríos González, a.k.a. Icehammer.

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